22 julio 2008

Educación: Primer paro para Macri

Por Roxana Russo

Docentes porteños concretaron un paro en todas las escuelas de la ciudad el jueves pasado; también se manifestaron frente a la Jefatura de Gobierno. Reclamaron mejores condiciones de trabajo, aumento salarial y mayor presupuesto educativo. Es la primer medida de fuerza desde que Mauricio Macri asumió su cargo.

Más información en:

“Marca de Radio” un programa de Eduardo Aliverti

Sábados de 10hs. a 13hs./ Radio La Red

Escuchar audio: http://www.marcaderadio.com.ar/

16 julio 2008

Panel / Debate: "¿Violencia Escolar?"

La A.P.D.H. LA PLATA convoca a debatir sobre la tan vapuleada realidad que se vive en las aulas escolares y no sólo en ellas.

El viernes 18 de julio a las 17.30 horas tendrá lugar en la Sala de Vicepresidencia del Pasaje Dardo Rocha, calle 50 entre 6 y 7, Segundo Piso, de La Plata, un panel de debate sobre los episodios de violencia en las escuelas que los medios de difusión han dado en llamar "violencia escolar". Para ello se ha convocado a notables especialistas en materia educativa, quienes pondrán en crisis los lugares comunes mediáticos y propondrán abordajes que apunten a la imprescindible comprensión de la problemática, ubicando a la escuela en el contexto social en el que se desarrolla el proceso de enseñanza.

Integrarán el panel:

Mario Carlos Zerbino Dr. en Psicología de la U.B.A., Psicoanalista, Docente e investigador de la Facultad de Psicología dela U.B.A.

Laura Waisman Lic. en Psicopedagogía, Prof. del curso de postgrado "Violencia escolar y stress docente" en la Universidad del Comahue, Ex coordinadora del Programa Promoción y Protección de los Derechos de niños, Niñas y Adolescentes –Convenio entre UNICEF y la DGCYE Pcia. Bs. As.

Andrea Paola Gallo Prof. Nacional de Historia y Doctora en Historia (UNC) Autora de "De cuando las maestras eran bravas". Un apunte sobre la violencia en las escuelas, en Míguez, Daniel (comp.). Violencias y conflictos en las escuelas argentinas. Bs. As. 2008.

Adelina Dematti de Alaye Docente, Madre de Plaza de Mayo de La Plata, Fundadora de A.P.D.H. LA PLATA, Subsecretaria de Derechos Humanos de la Municipalidad de La Plata. La A.P.D.H. LA PLATA invita a todos los interesados a participar de la actividad, que es libre y gratuita.

Visite nuestra página web: www.apdhlaplata.org.arColabore con el sostenimiento económico de los juicios a genocidas.Escuche "Tengo Derecho", los sábados de 13 a 14 hs. por FM Universidad, 107.5.

15 julio 2008

La articulación entre la comunicación, la educación y la cultura

¿Qué entendemos por comunicación? Pensamos la comunicación como un proceso social de producción, intercambio y negociación de sentidos. Donde se van construyendo "claves de lectura", valores compartidos que generan modos de entender y de entenderse, de interpretar el mundo. Aquí la cultura funciona como un principio organizador de la experiencia, mediante el cual los sujetos ordenan y estructuran sus acciones a partir del lugar que ocupan en las redes sociales. Por eso, el emisor, es un emisor en situación. Es decir que debe pensárselo dentro de tensiones sociales y relaciones de poder. Es allí donde hay conflictos y donde se producen los consensos.

¿Qué rol juega la educación aquí? La educación no sólo se produce a través de la palabra está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes. Particularmente creemos y confiamos en una educación problematizadora, donde no se piense a los alumnos desde un lugar fijo, como un recipiente vacío al que hay que llenar de contenidos, sino como sujetos que pueden ser educandos y educadores al mismo tiempo. Así, el comunicador debe situarse en el rol de educador y a la inversa, para así promover una sociedad más democrática que a la vez tenga ciudadanos activos y con una conciencia crítica.

Por Ma. Agustina Carrica y Ma. Alejandra González

14 julio 2008

Reconocimiento del mundo cultural

La vida cotidiana nos impone un tránsito por diferentes lugares de los cuales formamos parte. En ese andar arrastramos modalidades y prácticas que llevamos incorporadas y naturalizadas, cuando actuamos e interpretamos el mundo que nos rodea. ¿Podemos dejar a un lado aspectos referidos a las tradiciones italianas de nuestras familias, que somos hinchas de tal equipo, que nos gustan ciertos grupos de música, en el momento de asistir a la escuela?

Resulta imposible desprendernos de este “mundo cultural” que nos otorga los marcos de comprensión de nuestra realidad más inmediata. Los espacios nos habitan y nosotros los habitamos; es decir, nos cargan de significados y a la vez, los resignificamos a partir de otras prácticas que ponemos en juego allí.

La escuela en sus orígenes operó como promotora del abandono de un tipo de prácticas que los sujetos traían desde sus contextos más cercanos. Así fue modelando a los alumnos para los tiempos del ocio (recreos) y los tiempos productivos (trabajo en el aula) que requería la modernidad.

El contexto actual obligó a la escuela a reconocer el “afuera”, e incorporar de a poco una suma de prácticas que en otros tiempos históricos las negaba. La aparición de los comedores escolares fue desplazando el mandato fundacional de la escuela, para dar lugar a un reacomodamiento de las situaciones en base a la realidad social de los sujetos, producto del crecimiento de la pobreza y desempleo, entre otros.

Realizar este tipo de reconocimientos de la situación estructural del país, no indica que contemple tipos de prácticas culturales que no tienen que ver con su contrato establecido originariamente. La escuela puede negar los programas de televisión en el desarrollo de los contenidos curriculares, pero sin embargo, no puede detener su presencia en la constitución de la subjetividad de los alumnos (cultura mediática).

Asimismo, en la conformación del mundo cultural se producen adhesiones a determinados discursos que modelan, reafirman y transforman nuestras prácticas heredadas. No podemos escindirnos de ellas, y además como estamos en un mundo social, la suma de todas ellas nos va formando como sujetos.

En el proceso de interpelación se configuran los sentidos en un conjunto textual, que intenta formar sujetos. Por ejemplo, el discurso de un partido político, busca proponer significaciones acordes a su visión del mundo que los diferencie de otros partidos opositores.

En este sentido el proceso es educativo, porque propone una reafirmación o una transformación de las prácticas. Sin embargo, si no se produce un reconocimiento del sujeto en aquello que se le propone (interpelación) todo esto queda trunco. De allí que la educación tiene que necesariamente preguntarse por los mundos culturales de los sujetos a los cuales pretende formar.

Bourdieu, P., El sentido práctico, Madrid, Taurus, 1991. Cfr. Huergo Cultura escolar/ cultura mediática, intersecciones, Instituto Pedagógico Nacional, Colombia, 2000.

Por María Alejandra González y Ma. Agustina Carrica

Sentidos y reduccionismos de Comunicación y Educación

La educación históricamente estuvo asociada a la escuela como el único lugar donde pudieran suceder procesos educativos. De la misma manera, la comunicación estuvo vinculada a los medios masivos de comunicación. De esta forma, una telenovela carecería de rasgos educativos; y asimismo la feria de frutas y verduras no tendría aspectos comunicacionales.

Proponemos comenzar a entender a la comunicación como producción social de sentidos y la educación como procesos de formación de sujetos. La comunicación, entonces, trasciende el ámbito exclusivo de los medios para recuperar el sentido experiencial del término: diálogo, intercambio, relación de compartir; para así ampliar la mirada asociada al acto de informar, de transmitir, de emitir. Podemos de ésta manera, por ejemplo, comenzar a analizar un corte de ruta o las ubicaciones de las sillas y los bancos de un aula desde una perspectiva comunicacional.

Es así que, con el paso del tiempo, las tradiciones fueron operando para que se produjeran ciertas significaciones hegemónicas que se instalaron a la hora de pensar los anudamientos entre comunicación y educación. Esto genera sentidos unívocos, que producen propuestas de intervención en una sola dirección. Acercar los medios de comunicación a la escuela con el propósito de corregir problemas de lectura o de violencia; producir posturas críticas de recepción frente a la televisión; difundir planes y programas del Estado con vertientes instrumentales (Programas radiales de huerta orgánica que capacitaba a pequeños productores); entre otras propuestas que reproducían y reproducen estos sentidos de comunicación y educación.

La educación ya no se circunscribe solo al ámbito de las instituciones educativas, para dar lugar al análisis de otros espacios sociales que desarrollan prácticas educativas. De esta manera consideramos como educativos, aquellos saberes que no guardan necesariamente una relación directa con lo “políticamente correcto”. Estos últimos serían aquellos contenidos estructurados y definidos para su transmisión al educando para desenvolverse en una “sociedad civilizada”.

Kaplún, Mario. “El comunicador popular”, Cap. 1: Modelos de educación y modelos de comunicación. Ed. Lumen-Humanitas. Argentina. 1996.

Por María Alejandra González

13 julio 2008

Coordenadas actuales

Vivimos en un mundo avasallado por la globalización que tiene sus raíces en la revolución científico-tecnológica y en los desarrollos económicos, ayudados por las políticas neoliberales. Vivimos en una denominada “sociedad de la comunicación”, donde la información es poder.

Estas cuestiones macro no sólo se ven al analizar el mundo, sino que las vivimos en la vida cotidiana y se manifiestan a nivel micro en las relaciones diarias y en lugares tan comunes como por ejemplo el aula de una escuela.

En las aulas vemos una especie de furor generalizado por la tecnología. Hoy los celulares, el mp3, la computadora, Internet, los videojuegos, ocupan un lugar muy importante en la vida de esos chicos. Los chicos estan permanentemente con el celular en la mano, no sólo en el recreo sino también durante la clase. Casi no salen a la calle a jugar a la mancha, ni a la escondida, y no tienen amigos en el barrio, pues todos son de la escuela. Por supuesto que esto también se debe al contexto de inseguridad que padecemos todos los argentinos.

Por otra parte, la sociedad de hoy exige estar comunicado. Esta sociedad está avasallada por los multimedia. Los medios masivos de comunicación son esenciales para la sociedad en la que estamos insertos y en donde establecemos relaciones intrapersonales y grupales. Pero, no es que los chicos reproduzcan, necesariamente, lo que dicen en los medios o en sus familias, sino que interpretan el mundo que los rodea a partir de las representaciones que genera la cultura mediática. Sin embargo, hoy en día hay un exceso de información que resulta difícil diferenciar lo que sirve de lo que no.

Por María Agustina Carrica
"La comunicación no es necesariamente la instrumentación de medios, sino una estrategia basada en el esquema dialogal y crítico que posibilita a los miembros de un grupo establecer una íntima relación entre convicciones y signos"- Paulo Freire

Práctica de campo en el CEA 726

El Centro de Educación para Adultos Nº 726 se encuentra en el barrio José Hernández, ubicado en las calles 31 y 512 de la ciudad de La Plata. La escuela funciona dentro del Subcentro Comunal de esta localidad y las clases se llevan adelante los días lunes, miércoles y viernes de 17.30 a 20.30 horas.

Es un espacio de formación de sujetos dado que se constituye como un lugar de contención e integración. En su mayoría, los que asisten son adolescentes y adultos que han quedado afuera del sistema educativo o nunca tuvieron ni siquiera la posibilidad de ingresar a él. Si entendemos formación como el proceso y el producto siempre inacabados en virtud de la acción, pero también de los condicionamientos, podemos decir que el CEA 726 es un espacio de integración y contención social. En un primer momento los chicos se acercan en busca de un título, pero con el correr del tiempo encuentran allí un grupo de pertenencia.

Los alumnos son Marcia, Luciana, Victoriana, Pedro, Octavio, Silvia y Alan. La maestra se llama Natalia y el encargado del subcentro Osvaldo.

Por María Alejandra González

Las críticas de Freire al sistema capitalista

Freire señala la "deshumanización" como consecuencia de la opresión. Esta, afecta no solamente a los oprimidos sino también a aquellos que oprimen. La violencia ejercida por los opresores, tarde o temprano, genera alguna reacción por parte de los oprimidos, y estos, generalmente anhelan convertirse en opresores de sus ex - opresores. Sin embargo, los oprimidos tienen para sí el desafío de transformarse en los restauradores de la libertad de ambos.

Los oprimidos son descriptos por Freire como seres

duales que, de algún modo "idealizan" al opresor. Se trata pues, de una contradicción: en vez de la liberación, lo que prevalece es la identificación con el contrario: es la sombra testimonial del antiguo opresor. Ellos temen a la libertad porque ésta les exigirá ser autónomos y expulsar de sí mismos la sombra de los opresores. De esta forma, debería nacer un hombre nuevo que supere la contradicción: ni opresor ni oprimido: un hombre liberándose.

Pero no basta conocer la relación dialéctica entre el opresor y el oprimido para alcanzar la liberación. Es necesario que éste se entregue a la praxis liberadora. Cuando más descubren las masas populares la realidad objetiva sobre la cual deben incidir su acción transformadora, más se insertan críticamente. Lo mismo sucede con el opresor, el que este reconozca su rol, no equivale a solidarizarse con los oprimidos, estas actitudes, que en la práctica se observan en el asistencialismo, no son sino un reesfuerzo de la dependencia, intentando minimizar la culpa con una conducta paternalista. La verdadera solidaridad debería expresarse transformándolos a estos como hombres reales despojados de una situación de injusticia.

La violencia de los opresores convierte a los oprimidos en hombres a quienes se les prohíbe ser, y la respuesta de éstos a la violencia es el anhelo de búsqueda del derecho a ser. Pero solamente los oprimidos podrán liberar a los opresores a través de su propia liberación. Los oprimidos deben luchar como hombres y no como objetos, este es el descubrimiento con el que deben superar las estructuras impuestas por la oposición.

Los oprimidos son descriptos por Freire como seres duales que, de algún modo "idealizan" al opresor. Se trata pues, de una contradicción: en vez de la liberación, lo que prevalece es la identificación con el contrario: es la sombra testimonial del antiguo opresor. Ellos temen a la libertad porque ésta les exigirá ser autónomos y expulsar de sí mismos la sombra de los opresores. De esta forma, debería nacer un hombre nuevo que supere la contradicción: ni opresor ni oprimido: un hombre liberándose. Pero no basta conocer la relación dialéctica entre el opresor y el oprimido para alcanzar la liberación. Es necesario que éste se entregue a la praxis liberadora. Cuando más descubren las masas populares la realidad objetiva sobre la cual deben incidir su acción transformadora, más se insertan críticamente. Lo mismo sucede con el opresor, el que este reconozca su rol, no equivale a solidarizarse con los oprimidos, estas actitudes, que en la práctica se observan en el asistencialismo, no son sino un reesfuerzo de la dependencia, intentando minimizar la culpa con una conducta paternalista. La verdadera solidaridad debería expresarse transformándolos a estos como hombres reales despojados de una situación de injusticia. La violencia de los opresores convierte a los oprimidos en hombres a quienes se les prohíbe ser, y la respuesta de éstos a la violencia es el anhelo de búsqueda del derecho a ser. Pero solamente los oprimidos podrán liberar a los opresores a través de su propia liberación. Los oprimidos deben luchar como hombres y no como objetos, este es el descubrimiento con el que deben superar las estructuras impuestas por la oposición.

Fuente: http://www.educacion.idoneos.com

ASÍ NO!!!

Un gran pedagogo

Paulo Freire nació en el estado de Pernambuco, Brasil, el 19 de septiembre en 1921. Su familia era económicamente humilde y Freire siempre reconoció que, a pesar de la situación, fueron sus padres quienes le enseñaron desde muy pequeño el valor del diálogo. Cuando las condiciones económicas familiares comenzaron a mejorar, Freire ingresó en la Facultad de Derecho, en la Universidad de Recife.

Estudió, también, filosofía y psicología del lenguaje, mientras trabajaba algunas horas del día como instructor en una escuela secundaria. Tiempo después dejaría las leyes y el Derecho para dedicarse de lleno a la educación popular. Freire criticó en forma implacable a las formas tradicionales de educación, convirtiéndose en uno de los principales motores de la revolución educativa en Brasil. Junto a su esposa, Elsa -otra gran educadora-, elaboró un innovador método de alfabetización que se vinculaba a los intereses de los desamparados y que desarrolló en su ciudad natal.

Este modelo se basaba en una educación construida sobre el diálogo, permitiendo a cada persona contribuir en su desarrollo personal. Freire logró que la educación abandonara su función domesticadora para convertirse en un camino hacia la libertad, cuyo objetivo primero era la toma de conciencia de las personas como individuos, para así evitar la masificación. Nunca se involucró con movimientos revolucionarios, sin embargo, desde el lugar que él mismo eligió, logró sus más grandes triunfos en alfabetización durante el gobierno de Joao Goulart. Fue en 1964 que el gobierno de Brasil introdujo el método freireano en todo el país, pero un golpe militar no tardó en llegar y entonces el gobierno civil fue derrocado. Los años que siguieron fueron duros para Freire: fue apresado y debió exiliarse en distintos países de Latinoamérica.

Lo refugiaron Bolivia y más tarde, Chile. En nuestro país estuvo más de cinco años.En 1969 publicó su más conocido libro: "Pedagogía del oprimido", traducido a varios idiomas. Un año más tarde fue invitado a unirse a la Oficina de Educación del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), donde colaboró durante 9 años. Allí influenció notablemente la orientación y la metodología de la formación ecuménica: Freire fue un cristiano creyente y convencido y entonces se adhirió al ecumenismo. Desde allí tuvo gran influencia en la elaboración de la Teología de la Liberación (en particular, en la vida de las comunidades eclesiales de base).

Paulo Freire pudo volver a su Brasil natal sólo cuando terminó la dictadura. Hacia 1980 pudo enseñar también en la Universidad de Campiñas y en la Universidad Católica de San Pablo.Murió 17 años después, el 2 de mayo de 1997, en Río de Janeiro. Freire dejó un legado de compromiso, amor y esperanza a los oprimidos de todo el mundo y un sistema educativo más igualitario en todo Brasil. No fue el pensador y educador más significante del siglo veinte, pero sus innovaciones tuvieron un impacto más que considerable en el desarrollo de la práctica y, particularmente, en la educación informal.

Fuente: http://www.colegiopaulofreiredelelqui.blogspot.com

Paulo Freire y su importancia en la formación de los comunicadores

Paulo Freire reivindica la figura del educador-comunicador como eje principal de transformación social. En la mayoría de las facultades y escuelas que forman comunicadores no se da demasiada importancia a la educación, porque se la considera como un espacio exclusivo de los educadores.

Es decir que muchas veces, en esas instituciones, hay una contradicción entre lo que enseñan y lo que llevan a la práctica, porque realmente no actúan como si todos fuésemos educadores y educandos. Invirtiendo la situación, tampoco en el ámbito educativo, la comunicación es un área de conocimiento que necesariamente debe ser aprendida. Y, al dejarla a un lado, pareciera que hoy podríamos vivir sin ella. Algo que paradójicamente a todos nos parece ilógico. Pues la comunicación todo lo abarca.

En definitiva, tanto comunicadores como educadores son esenciales para promover ciudadanos activos y una sociedad más democrática que tenga capacidad de decisión ante los múltiples mensajes mediáticos que recibimos todos los días.

Si bien es cierto que hoy en día los medios están más centrados en su perfil como empresas con fines de lucro que en responder a la ética, es una realidad que éstos tienen una función social de servicio público y, por lo tanto, es también responsabilidad de los comunicadores, educar con una conciencia crítica. Una de las reflexiones de Freire en torno a la importancia del acto de leer dice que éste implica siempre percepción crítica, interpretación y reescritura de lo leído. Y esto comienza desde que nacemos, en la infancia, la adolescencia, la juventud, etc.

El modo en que leemos el mundo y lo escribimos, depende de aquello que atraviesa al individuo. Por otra parte, retomando esta importancia de los aportes de Freire al campo de la comunicación y a los comunicadores en particular, el pedagogo brasileño sostiene que cuando producimos acciones estratégicas, sabemos perfectamente lo que queremos decir, comunicar. Pero para poder hacerlo también necesitamos conocer al destinatario de esa acción al interlocutor. Debemos conocer y reconocer (en el sentido de valorar y creer) sus prácticas culturales. Hay reconocimiento del diálogo cultural, pues en cada práctica la comunidad habla pero al mismo tiempo es hablada. Y un reconocimiento de los interlocutores como sujetos culturales e históricos.

Desde este punto de vista la perspectiva comunicación/educación es fundamental para producir las acciones estratégicas. Para comunicar lo educativo debemos reconocer al otro, su vida, la realidad en que vive, los lenguajes. Lo primero para comunicar es la escuela del lenguaje de mi interlocutor.

Todas estas cuestiones del lenguaje de mi interlocutor. Todas estas cuestiones de las que habla Paulo Freire promueven una idea de comunicación ligadas a la educación como dos elementos que van de la mano y no deben darse una sin la otra.

Por María Agustina Carrica

12 julio 2008

Paralelismos entre Paulo Freire y Rosa Buenfil Burgos.

La obra del educador brasileño Paulo Freire y la educación popular a la que su pensamiento dio origen, han sido, y continúan siendo, las principales fuentes de las cuáles se ha nutrido la pedagogía alternativa que hoy conocemos. El autor realiza una de sus principales críticas cuando dice que la escuela formal deslegitima los saberes de los alumnos de las clases populares. De ahí la metáfora de que la institución escolar supone que el que llega a la escuela lo hace como un saco vacío en el cual hay que depositar los conocimientos, en otras palabras, se refiere a lo que denomina la “educación bancaria”[1].

A esta concepción Freire le opuso, como alternativa, una práctica educativa basada en el diálogo, donde el educador es a su vez educado por el educando y viceversa. Por eso se puede decir que el proceso educativo es una experiencia esencialmente comunicacional. La comunicación media en los procesos de enseñanza-aprendizaje y crea puentes entre los sujetos que intervienen en dicho proceso. Esta práctica problematizadora, dialógica por excelencia, organiza y constituye su contenido “en la visión del mundo de los educandos, en la que se encuentran sus temas generadores".

Reconocer al otro es condición para el diálogo. Como diría Freire, hay que partir del interlocutor, de su “universo vocabular”, de su “aquí y ahora”. Como así también partir de sus códigos, sus ideologías, sus valoraciones, sus prácticas, sus formas de ver y nombrar al mundo. Reconocer al otro es, por un lado concebirlo como un sujeto en igualdad de derechos y, por el otro, deshacernos de prejuicios iniciales, abriéndonos al conocimiento mutuo.

Sin embargo, muchas veces educadores y educadoras planifican su tarea conociendo poco y nada acerca de quienes serán los interlocutores en el proceso de trabajo. Esto hace que se diseñen actividades que probablemente lleguen al fracaso, debido a que no se basan en la lógica de la dinámica de la comunicación que, según Freire, debería ser una “exigencia existencial”. Sino que partieron de su propia visión de la realidad.

En este sentido, para la mexicana Rosa Buenfil Burgos, el discurso es el terreno donde se constituyen los sujetos, es el lugar desde el cual se “proponen modelos de identificación, es la constelación de significaciones compartidas que organizan las identidades sociales”. El discurso es, entonces, espacio de las prácticas educativas. Dice la autora que no hay prácticas educativas al margen de una estructura de significaciones. Es por esto que se deben contemplar, no sólo los documentos o verbalizaciones, sino también los elementos que configuran lo educativo (actividades, rituales, distribución de espacios y de tiempo, etc.), concentrándose en las significaciones que adquieren en su interrelación y frente o otras prácticas o instituciones sociales.

Por otra parte, Freire situó su práctica y su teoría en las relaciones de opresión. Desarrolló un programa de alfabetización asociado a la construcción de la conciencia política. Así “el sentido de la comunicación dialógica se comprende por su politicidad: el trabajo educativo liberador no se realiza para el otro (lo que significaría sobre o contra el otro), sino con el otro, en el proceso de "organización de los oprimidos”. El autor resaltó la posibilidad que tiene la educación de contribuir a la transformación del mundo. Se trata de una perspectiva pedagógica que no sólo propone el aprendizaje de la lectura y la escritura sino que, al hacerlo, promueve también que el sujeto vaya adquiriendo conciencia de su propia identidad y de su participación en la historia. Por otra parte, el propósito general de su proyecto fue la liberación de las personas y las sociedades, de manera dialéctica.

Por su parte, Rosa Buenfil Burgos, dice que “un proceso de educación crítico o liberador implicaría que la modificación de la práctica cotidiana, a partir de la interpelación educativa, estuviera encaminada a la denuncia, crítica y transformación de las relaciones de opresión diversas que rigen en una sociedad específica: clasista, sexista, autoritaria, burocratizante, etc"

Es por eso que podemos decir que, un proceso educativo contrahegemónico, es aquel que se propone educar para transformar la realidad.

La autora menciona que para los pensadores clásicos como Marx, Lenin, Gramsci y Althusser, las prácticas educativas juegan un papel fundamental en la constitución de los sujetos sociales. A su vez, agrega que ésta es una exigencia tanto teórica como política, a la que le concierne el análisis concreto de cómo se constituyen los sujetos tanto en las sociedades capitalistas, como en aquellas que no lo son. Así como en qué ámbitos, por medio de qué prácticas, en relación a qué posiciones, en torno a qué proyecto político, en suma, en base a qué discursos. Buenfil Burgos asegura que la premisa para la elaboración de una propuesta pedagógica y una práctica educativa compleja, múltiple y contestataria, es entender a las instituciones de la sociedad civil como espacios en los que se libran batallas por la hegemonía.

En otro orden de cosas, Paulo Freire caracterizó y cuestionó, en su libro Pedagogía del oprimido, el modo en la que educación tradicional concibe a educadores y educandos. La educación bancaria supone sujetos pacientes, receptivos, oyentes. Además, afirma que el “movilizar”, es la condición impostergable para cualquier propuesta pedagógica que se pronuncie por una educación transformadora de las relaciones sociales de dominación vigentes. Por su parte, la autora mexicana nos dice que hay que reformular los atributos que se esperan del sujeto educador: maestro, padre, dirigente, intelectual, partido, generación adulta, referente educativo fijo, absoluto, necesario; así como los que se le atribuyen al alumno: “hijo, dirigido, masa, generación joven, etc.” Esta teoría intenta romper con los preconceptos y criterios estáticos sobre los sujetos.

Para Freire y Buenfil Burgos, aunque en el artículo de la autora aparece en otros términos, el palabrerío del dominador está compuesto por palabras huecas, alienadas y alienantes. En cambio la “palabra verdadera”, es decir el diálogo, constituye un acto creador y generador de actos de valentía.

“Solamente el diálogo, que implica el pensar crítico, es capaz de generarlo. Sin él no hay comunicación y sin ésta no hay verdadera educación. Educación que, superando la contradicción educador-educando, se instaura como situación cognosceológica en que los sujetos inciden su acto cognoscente sobre el objeto cognoscible que los mediatiza”. Es decir, ambos autores, entienden a la educación como práctica de amor, para la libertad.

[1] Freire, Paulo. Pedagogía del oprimido. Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2005. Capítulo 3. [2] Ídem. [3] Ídem. [4] Buenfil Burgos, Rosa Nidia. Análisis de discurso y educación. Departamento de Investigaciones Educativas. Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, México. 1993. [5] Ídem. [6] Freire, Paulo. Pedagogía del oprimido. Capítulo 3.

Por Ma. Alejandra González

Otras ideas.

El rastreo y rescate de otras ideas tiene por finalidad la comprensión de los procesos y de los conflictos histórico-políticos y culturales latinoamericanos. También significa una contestación a los "sistemas de ideas" producidos en los centros de poder y adoptados para introducir en ellos los problemas americanos y para, desde allí, interpretarlos y actuar. La cultura es un campo de lucha por el significado y es un espacio social dialógico. En este sentido, es imposible comprenderla sin abordar diferentes sistemas históricos de sentido y sin identificar las zonas desde las cuales es posible alentar procesos dialógicos en los ámbitos de producción intelectual. La consideración de los otros pensamientos, resistentes a los "sistemas de ideas" importados, debería provocar un desarreglo epistemológico a la manera de Paul Valery (citado y completado por Marcuse), quien afirmaba que "nombrar el ser ausente es romper el encanto de las cosas que son; es el comienzo de un mundo". Con la noción de otros pensamientos nos referimos a aquellos pensamientos que exceden y contestan (en un sentido hermenéutico y también activo-político) a los pensamientos dominantes generados por los "sistemas de ideas" (como el liberalismo, el positivismo, el krausismo, el desarrollismo, etc.)

Por Jorge Huergo en Revista Tram(p)as de la comunicación y la cultura. Año 1 Nº 1 - Abril/Mayo 2002