14 julio 2008

Sentidos y reduccionismos de Comunicación y Educación

La educación históricamente estuvo asociada a la escuela como el único lugar donde pudieran suceder procesos educativos. De la misma manera, la comunicación estuvo vinculada a los medios masivos de comunicación. De esta forma, una telenovela carecería de rasgos educativos; y asimismo la feria de frutas y verduras no tendría aspectos comunicacionales.

Proponemos comenzar a entender a la comunicación como producción social de sentidos y la educación como procesos de formación de sujetos. La comunicación, entonces, trasciende el ámbito exclusivo de los medios para recuperar el sentido experiencial del término: diálogo, intercambio, relación de compartir; para así ampliar la mirada asociada al acto de informar, de transmitir, de emitir. Podemos de ésta manera, por ejemplo, comenzar a analizar un corte de ruta o las ubicaciones de las sillas y los bancos de un aula desde una perspectiva comunicacional.

Es así que, con el paso del tiempo, las tradiciones fueron operando para que se produjeran ciertas significaciones hegemónicas que se instalaron a la hora de pensar los anudamientos entre comunicación y educación. Esto genera sentidos unívocos, que producen propuestas de intervención en una sola dirección. Acercar los medios de comunicación a la escuela con el propósito de corregir problemas de lectura o de violencia; producir posturas críticas de recepción frente a la televisión; difundir planes y programas del Estado con vertientes instrumentales (Programas radiales de huerta orgánica que capacitaba a pequeños productores); entre otras propuestas que reproducían y reproducen estos sentidos de comunicación y educación.

La educación ya no se circunscribe solo al ámbito de las instituciones educativas, para dar lugar al análisis de otros espacios sociales que desarrollan prácticas educativas. De esta manera consideramos como educativos, aquellos saberes que no guardan necesariamente una relación directa con lo “políticamente correcto”. Estos últimos serían aquellos contenidos estructurados y definidos para su transmisión al educando para desenvolverse en una “sociedad civilizada”.

Kaplún, Mario. “El comunicador popular”, Cap. 1: Modelos de educación y modelos de comunicación. Ed. Lumen-Humanitas. Argentina. 1996.

Por María Alejandra González

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